¡Cuántas veces es el crimen sólo un anticipo de la futura moral, un paso hacia el porvenir!. Según el derecho ateniense, Sócrates era un criminal y su condena perfectamente justa. Sin embargo, su crimen, la independencia de su juicio, prestó su servicio no sólo a la humanidad sino también a su patria. Sirvió para preparar una moral y una fe nuevas que los atenienses necesitaban, porque las tradiciones de acuerdo con las cuales habían vivido hasta entonces ya no estaban en armonía con sus condiciones de vida.
Émile Durkheim (1858-1917)
¿Qué más hay que decir para decantar vuestro voto?
La única opción decente es Satán.
La única opción decente es Satán.