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Channel: Academia de Chimpancés (con peluca)
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Elige tu propia aventura - EL ULTRAJE (4)

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Mi cabeza se debate entre abrir la puerta o hacer mía a esa doncella descarriada.
Lo tengo a huevo, pero no puedo correr más riesgos. Además, al Emir no ha podido darle tiempo de enterarse tan pronto de la fuga, y mi instinto me dice que tras la puerta me espera una información relevante. "Escóndete en el baño", le ordeno. Ella sonríe y obedece como si todo formara parte de un juego. "Me voy a marchar contigo ¿verdad?", me dice y me tiembla todo.
¡TOC TOC TOC!, insiste el visitante. Me quito la poca ropa que me quedaba y me anudo una toalla a la cintura.

Abro la puerta y encuentro a un tipo que he visto una o dos veces. Su nombre es Jesse Van Elst, si la memoria no me falla. Un holandés de la U.E.F.A., el clásico tocapelotas.
- Creía que te había pasado algo - dice. Grrrrrrrr, menudo imbécil.
- Ya ves que estoy bien, sólo me estaba duchando.
- Pero si no estás mojado. - ¡touché!
- Limpieza en seco, amigo. Cómo se nota que has estado en pocos hoteles de siete estrellas...
Me exige que le acompañe a la sala de conferencias. Agarro un pantalón corto y un niqui.
- Esto... ¿puedo usar tu baño? - me pregunta de repente.
- ¡No!
- ¿Eh?
- No, digo que mejor ni te acerques. Está en cuarentena. Hay un invierno nuclear allí dentro. - Uff, qué poco ha faltado. Por suerte entiende la metáfora a la primera.
Me calzo las chanclas y le sigo por el pasillo, con un hemisferio del cerebro atento a sus palabras y el otro pensando en la chica. ¿Sabrá mantener la calma?

Del gabinete de crisis quedan sólo las cenizas. Veo a Nasser Al-Kayata en el fondo de la sala, leyendo atentamente el informe. "Enséñame esas imágenes" le pido a Jesse.
Me explica que en las nuevas grabaciones hay 3 fotogramas que se han librado de las interferencias. Esperaba más, pero es la primera certeza en 24 horas.
- Son 8 personas... ¿lo ves? Observa las luces de las linternas. - Cuento con los dedos y le doy la razón. Pienso en Sara (otra vez). ¿Cómo voy a sacar del país a una fugitiva sin pasaporte? Es de locos.
- ¿Sólo tenemos 8 luces? ¿Nada más? - Bah, ninjas con linterna, brigadas de Al-Qaeda con frontales en la cabeza... si no fuera porque está en juego la reputación de mi empresa y, de paso, la reputación de un adinerado país, diría que estamos reviviendo un álbum de Mortadelo y Filemón.
- Hay otro hilo del que tirar - añade, teatral - Pero para ello un agente tiene que desplazarse inmediatamente a España.
- Me presento voluntario - es la oportunidad que estaba esperando. - ¡Yo mismo conduciré la avioneta!


Tardienta (España), 10 de junio de 2014

Aterrizamos en el aeropuerto abandonado de Huesca. Hay un range rover negro esperándome, con las llaves puestas. Entramos en él, mi acompañante y yo. Recorremos silenciosamente el camino al hotel.
Con la urgencia de mi partida no había sido difícil camuflar a la muchacha dentro de mi arcón. A cambio había tenido que abandonar en Doha mi colección de sombreros.
Me tumbo en la cama. Me siento aliviado por haber escapado de Qatar con mi cuello intacto, pero tan cansado que mis párpados se cierran. Sara, zalamera, me busca. "Sarazade, por favor, déjame dormir un rato que no estoy para cuentos", le digo.
Siesta de dos horas, ducha húmeda y salgo a investigar. Me duele en el alma dejar otra vez en la habitación a ese magnífico espécimen de la naturaleza, pero tengo toda la vida para ella y el mundial está en plena contrarreloj, quedan dos días para la inauguración.

Las fotografías de Tardienta que me había enseñado el holandés eran una réplica exacta del destrozo que yo había visto en el Khalifa Stadium. Pregunté por las calles del pueblo y vi que el tema todavía escocía. "¡Fue un ultraje!" me grita un viandante enfurecido. Eso era exactamente, un ultraje, hacer el mayor daño posible a posta y con desprecio. Hasta el obispo de Huesca, un anticigüeñas, ex-cura de Alcolea, que había medrado gracias a los acontecimientos de la primavera en Roma, con la bancarrota, las deserciones y la muerte del Papa Francisco en un pavoroso incendio, escribió una emotiva pastoral reprobando la gamberrada.
Recojo todos los testimonios que puedo. "No me jodas", "hay que ser cabrón", "nos dieron donde más nos duele", "no hay derecho", "con eso no se bromea"... y compruebo que la mayor parte de las sospechas recaen en el puedo de al lado: Almudévar.
- Pero no se ha podido probar nada - intento usar la lógica contra las acusaciones.
- Qué pruebas ni qué pruebas, ya te digo yo que fueron esos desustanciaos, ya vendrán pa fiestas...

¿Puede plagiarse el modus operandi sin compartir la autoría? Porque no entiendo qué roce han podido tener con el estado de Qatar los ciudadanos de Almudévar.
No, ese no es el enfoque correcto.
Tal vez sea todo mucho más sencillo y lo que tengo que encontrar precisamente es el Almudévar de Qatar. ¿Pero quién o qué es?.
Reflexiono despacio hasta que caigo: ¡¡Los Emiratos Árabes Unidos!!. Claro. Chasqueo los dedos. Todo cuadra.

Llego al hotel pensando en cómo reportar a la F.I.F.A. mi notable descubrimiento.
La recepcionista me está esperando. "A ver, usted, don Aniceto Martínez¿verdad?". Me entrega un telegrama de Mozah:
"Tienes algo que nos pertenece (stop) Salimos a buscarte (stop) Entrégate sin pelear (stop) Si el Emir se entera estamos todos muertos". Glup. Trago saliva.
Antes de que alguien de la F.I.F.A. me traicione tendría que llamar a la jequesa por teléfono y darle mi versión de los hechos. Tal vez se me permita canjear a Sara por la información que acabo de descubrir.
"Siguiente nota". La recepcionista me entrega una cartulina doblada de una forma que creo reconocer. "Es del señor Jurgen Klinsmann, pide formalmente que se reúna con él en esta dirección". ¿Cómo? ¿Klinsmann? ¿Otro delantero alemán? ¿pero qué demonios está pasando aquí?.
"La última es de su compañera de habitación", la recepcionista se expresa con maestría. Me entrega un sobre cerrado que casi destrozo al abrirlo: "Estoy ansiosa por recorrer con mi boca la orografía de tu piel. Tuya en cuerpo y alma, S.".
Me reconozco frente al espejo como un cuarentón con pelazo, no exento de atractivo. Además sé que Sara tiene un corazón puro, jamás podría mentirme.

Así me quedo unos minutos, con las tres tarjetas en la mano, como si fuera un concursante del Un Dos Tres. ¿Dónde se esconderá la calabaza?


* Si quieres llamar a la mujer del Emir y resolver esos pequeños y mortales malentendidos, vota CONFERENCIA.
* Si prefieres acudir a la cita con Jurgen Klinsmann, vota ENCUENTRO.
* Si te olvidas de todo el ruido innecesario y subes a yacer con la díscola odalisca, vota HABITACIÓN.


Puedes votar en los comentarios del blog, en la página de facebooko con una mención en tuiter.
Entre todos los participantes se sorteará un regalo sorpresa. Sólo tienes que votar una única vez durante la semana y tendrás un número en la rifa.


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