Hoy he visto a un niño liándola parda en plena calle. Su madre sonreía apurada a los viandantes y el pequeño tenor, con su muestrario de muecas variadas, no paraba de berrear. Ahí había conflicto.
Recuerdo la escena de aquellos adolescentes que, sentados en un banco, trataban los temas clave de la vida. Cuando pasé a su lado escuché a uno decir: "Pues yo no he tenido nunca resaca, ni cuando tuve el coma etílico". Ahí había diálogo vibrante.
En una de las manifestaciones de hoy en contra de ser pobres, una chica con camiseta verde movía los labios porque no se sabía las consignas grupales, como todos hemos hecho en misa mientras se reza el credo. Ahí había actuación, escenografía y vestuario.
La trama podemos encontrarla en cualquier parte, esperando a ser señalada, iluminada y observada. No es que el microteatro esté de moda, es que el microteatro es la materia de la que estamos compuestos, es el magma primigenio de todos los simios.
La tercera edición de Micronesia llega hoy a Huesconsin. Me he cepillado el pelo incluso, toda higiene es poca para acudir dignamente a las representaciones. Es uno de los grandes acontecimientos teatrales de la temporada. Pildorillas de arte y mucho ensayo, cuantos de amor concreto.
Está perfectamente explicado aquí: Micronesia.
Hoy jueves, sesión itinerante. Viernes, sábado y domingo en la sede del Instituto de Estudios Aragoneses (Calle del Parque, 10).
Si estáis por aquí, os lo recomiendo.
Si no, buscad algo parecido en vuestra ciudad, consagraos al microteatro. O mejor, montad vuestra propia escena: una discusión, un juego de seducción, una coreografía de danzas tribales o una pieza de misterio (¿dónde he dejado las llaves?). Eso le da vidilla a cualquier fin de semana, os lo aseguro.
Recuerdo la escena de aquellos adolescentes que, sentados en un banco, trataban los temas clave de la vida. Cuando pasé a su lado escuché a uno decir: "Pues yo no he tenido nunca resaca, ni cuando tuve el coma etílico". Ahí había diálogo vibrante.
En una de las manifestaciones de hoy en contra de ser pobres, una chica con camiseta verde movía los labios porque no se sabía las consignas grupales, como todos hemos hecho en misa mientras se reza el credo. Ahí había actuación, escenografía y vestuario.
La trama podemos encontrarla en cualquier parte, esperando a ser señalada, iluminada y observada. No es que el microteatro esté de moda, es que el microteatro es la materia de la que estamos compuestos, es el magma primigenio de todos los simios.
La tercera edición de Micronesia llega hoy a Huesconsin. Me he cepillado el pelo incluso, toda higiene es poca para acudir dignamente a las representaciones. Es uno de los grandes acontecimientos teatrales de la temporada. Pildorillas de arte y mucho ensayo, cuantos de amor concreto.
Está perfectamente explicado aquí: Micronesia.
Hoy jueves, sesión itinerante. Viernes, sábado y domingo en la sede del Instituto de Estudios Aragoneses (Calle del Parque, 10).
Si estáis por aquí, os lo recomiendo.
Si no, buscad algo parecido en vuestra ciudad, consagraos al microteatro. O mejor, montad vuestra propia escena: una discusión, un juego de seducción, una coreografía de danzas tribales o una pieza de misterio (¿dónde he dejado las llaves?). Eso le da vidilla a cualquier fin de semana, os lo aseguro.