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Channel: Academia de Chimpancés (con peluca)
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Elige tu propia aventura - EL ULTRAJE (1)

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Doha (Qatar), 9 de junio de 2014

Me llamo Aniceto Martínez, y a pesar de que mi nombre podría hacer pensar lo contrario, soy español. Miren ustedes si soy español que he escondido en la maleta jamón serrano, chorizo, salchichón y llevo una longaniza furtiva en la funda de una flauta, como el que esconde medio kilo de droga. En la aduana me he puesto muy nervioso, claro, porque este es un país en el que el cerdo está muy mal visto y los guardias con gorra de plato y mostacho están genéticamente diseñados para infundir terror.

La profesión de mi padre, trapecista en el Circo Buenhumor, no permite saber con certeza el lugar de mi nacimiento, y sólo sé que mi infancia se repartió entre todas las ciudades y pueblos de la piel de toro. Soy titiritero de espíritu, aunque mi vocación siempre ha sido la seguridad.
"Eh, dónde se cree que va, caballero". "Señora, no se cuele". En las puertas del circo di mis primeros pasos. Luego aprobé el examen de vigilante jurado y comenzó una fulgurante carrera salpicada de cursos de inglés y artes marciales, veranos en Lloret de Mar o trabajos de detective a media jornada, hasta que a los 25 años fui reclutado por la organización religiosa más poderosa del mundo, la F.I.F.A.

Recorro las calurosas calles de Doha, con su dicharachera normalidad, con sus utilitarios de marca Lamborghini y sus mujeres prudentes, protegiendo cada milímetro de su cuerpo del sol. Camino rápido, con la esperanza puesta en el próximo aire acondicionado.
Entro al estadio Khalifa, antiguo orgullo del emirato (hasta que fue construido el Luisail Iconic Stadium), donde tiene programados sus partidos de fútbol la selección local durante el Campeonato del Mundo.
La concesión del Mundial había sido, inicialmente, para el año 2022, pero tras las desastrosas inundaciones en Brasil, la F.I.F.A. se había visto obligada a encontrar una sede alternativa para la edición de 2014. En asuntos de sobornos rápidos la Qatar Foundation es insuperable.
Los jeques andan exultantes con su juguete nuevo, los gerifaltes del deporte rey lo están también con sus recién estrenadas cuentas en Suiza, es un marco win-win, todos ganan. Pero al entrar en el despacho del subdirector de la organización, Nasser Al-Khayata, descubro que no todo es felicidad, hay algo que va realmente mal.

Assalamu Alaikum - saludo cortés.
- Pase pase, no quede puerta - me hace un gesto apresurado con la mano, no está para formalismos. Su despacho tiene más de 80 metros cuadrados, mesa de billar, escupideras de mármol, un columpio... aunque lo que más me impresiona es el ventanal que da al campo, su particular palco VIP.
- He venido en cuanto he recibido su mensaje en mi hotel - me disculpo.
- Ven conmigo - me toma del brazo y tira de mí hasta la cristalera.
- ¡Dios mío! - exclamo, desprovisto de mi natural templanza a causa de la sorpresa.
- Esto pasa.

El imponente y coqueto estadio espera reluciente a los 50.000 espectadores que llenarán sus gradas durante el partido inaugural. Pero el césped... ¡el césped está levantado!. Miro a mi interlocutor tratando de entender a qué se debe esta aberración de la jardinería. Se lleva las manos al turbante, pone los ojos en blanco y dice algo confuso en árabe. "Nadie sabe cómo suceder" añade un rato después, en su inglés macarrónico. Sólo le faltan las lágrimas para parecer un hombre devastado.
Quedan 3 días para que empiece el torneo, los ojos del mundo miran fijamente a este pequeño país del Golfo Pérsico. Sin embargo, alguien ha arado el campo de juego, han labrado el césped con saña, con minuciosidad de maníaco.

"¿Y las grabaciones?", pregunto. Siempre hay que confiar en las grabaciones.
Nasser Al-Khayata pulsa un botón de su mesa-escritorio, la pared se abre como en las películas de James Bond y aparece una pantalla de la nada. Vemos los 11 vídeos de las 11 cámaras de seguridad. Nada, sólo niebla e interferencias.
Todas las cámaras de la ciudad han funcionado excepto las del estadio, me explica el prócer, y yo me empiezo a acojonar.
Normalmente me llaman para supervisar la custodia del trofeo, la seguridad de los invitados o para preparar los protocolos de evacuación, pero esto supera cualquier previsión terrorista.
"Con césped así esférico no rueda", aclara el Sr. Al-Khayata, "no tiki-taka".
Tengo la tentación de pedir el típico whisky doble de pensar, pero enseguida recuerdo dónde estoy. Me tiemblan las piernas. Me siento en una butaca de cuero. Es el momento de tomar decisiones.

Suena el teléfono. Mi anfitrión tiene una acalorada conversación que termina con el teléfono estampado en el suelo y un escupitajo. Me mira. Sonríe unos segundos antes de descomponerse. "En Al-Rayyan y en Lusail también pasar, yo cortar venas con cimitarra..."


* Si quieres ir a hablar con el presidente de la F.I.F.A. y convencerle de que hay que suspender el Mundial, vota SUSPENDER.
* Si quieres esperar a que alguien reivindique la autoría del sabotaje para entender qué está pasando, vota ESPERAR.
* Si quieres hacer como si no hubiera pasado nada y que los jardineros intenten resolverlo rápidamente, vota PASAR.


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Entre todos los participantes se sorteará un regalo sorpresa. Sólo tienes que votar una única vez durante la semana y tendrás un número en la rifa.


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